Para cuando lean esta columna, ya vamos a estar olvidando la sorpresa que
dio Estados Unidos al ganarle a una desconocida Portugal; pero a ese
equipo es que me quiero referir. Es posible que pierda mañana con Korea,
pero espero que no me haya cambiar de opinión y el artículo no tenga que
ser borrado.
Me gustaría ser hincha de Estados Unidos, o mejor dicho, como nunca
seré hincha de ese equipo, me gustaría que el equipo por el que sufro
juegue como Estados Unidos.
Lo fácil es explicar porque nunca sería hincha de Estados Unidos. Es
un país que por su ignorancia con respecto al mejor deporte del mundo no
se merece que alguien sufra por el equipo. Aquí les transcribo una
conversación con un compañero de trabajo durante el partido
Francia-Uruguay:
- ¿Cómo van?
- 0-0, pero Francia está con un jugador menos
- Ah, ¿están jugando sólo con nueve?
- No, con diez, los equipos en fútbol son de once jugadores
- ¿Y cuándo vuelve a entrar el que le falta a Francia?
- No. No vuelve a entrar, Francia tiene que jugar todo el resto del
partido con diez
- ¿Cómo así? ¿Y que pudo haber hecho ese jugador tan grave para
que no lo vuelvan a dejar entrar?
Ahí ya dejé que un inglés se encargara de las respuestas y las
explicaciones. Éste era uno de los personajes que se apropió del triunfo
gringo sobre Portugal y constantemente repite lo que dijo ESPN: “fue la
mayor sorpresa de la historia de todos los mundiales.” ¿Será que
ningún gringo tenía uso de razón cuando el “Maracanazo”?
Pero acá va mi explicación de lo que me gusta del equipo. La falta de
“estrellitas”, la disciplina táctica, el amor por la camiseta, la
condición física y el concepto del grupo sobre el del jugador individual
es algo que me gustaría lo tuviera “mi” equipo (sea Colombia o
Nacional.)
¿Qué opinan de los aportes que le han hecho a sus respectivos equipos
las siguientes estrellitas: Zahovic (Eslovenia), Silva (Uruguay) y para no
ir muy lejos, Asprilla y sus compinches? Grandes jugadores todos ellos,
pero sinceramente pienso que es mayor el mal que han hecho a sus equipos
que el aporte positivo.
Y no creo que el problema de Estados Unidos sea por falta de buenos
jugadores. Donovan, Mathis y McBride tienen nivel para sobresalir en
muchas de las ligas del mundo, y aunque no juegan como Zidane u Owen, para
el nivel al que están acostumbrados los aficionados en Estados Unidos,
son unas verdaderas estrellas del fútbol.
Mañana se empezará a definir un poco más el grupo de Estados Unidos,
y aunque admiro la forma en que juegan, espero que no sean ellos los que
le quitan un cupo a Portugal en la segunda ronda.
Hasta el próximo fin de semana, si no es que durante la semana deduzco
que la mejor forma de atacar el cansancio en la oficina es escribiendo
sobre fútbol.
Mucha suerte.
Coda: Considero un error gravísimo la forma en que la FIFA distribuye
los equipos al entrar a la segunda vuelta. Es imposible que Argentina e
Inglaterra lleguen a la final juntos porque pase lo que pase siempre
saldrán por el mismo lado. Equipos del mismo grupo se deberían “abrir”
por diferentes lados para la segunda vuelta. Estoy seguro que hay algún
interés comercial que lo obligó a hacer así (creo que es para no
cambiar los equipos de países.)
Nueva York, Junio 8 de 2002. |